lunes, 26 de septiembre de 2011

Los comienzos del huerto casero

Desde mayo de 2011 comencé a transformar lo que era el patio de mi casa. Después de una semana limpiando y reacomodando casquibaches y las herramientas de mi esposo ya tenía el espacio para sembrar.

Aproveché y traje composta de la escuela de mis hijos, semilla de ajíes dulces, un hijito de yautía y albahaca para comenzar el huerto. Luego fui creando espacios que demarcaba con pedazos de bloques, sobrantes de madera, aluminio viejo y/o latas de galleta. Los semilleros fueron las latas de salsa, habichuelas, cartones de huevo y los envases de jabón para lavar ropa, o sea que no invertí nada en un principio.

Con sobrantes de rejas hice un compostero para no botar la grama, hojas y ramas de los dos arbolitos del frente de mi casa y con una picota pequeña hacía zanjas para redirigir las aguas de lluvia para que no inundaran las matitas.

En el proceso he tenido pérdidas de algunas siembras como el maiz por hormigas bravas, habichuelas tiernas y zanahorias por las lluvias torrenciales del verano y las Zinias por mis amigas las iguanas puertorras. Bueno 2 de cal y una de arena porque no siempre se gana.

Envolver a la familia en el proyecto fue la segunda tarea, Valeria se integró rápidamente, a Jan le di la tarea de mover semanalmente la composta y a Myralis pues le asigné observar las fresas todos los días para animarla y siempre que habia una madura se la comía.

Mi esposo era el "labor"...mueve esto aquí, necesito el taladro, arréglame esto, destapa el desagüe o pícame esas tablas a 8 pulgadas. Nunca dijo no.

Y para que vean el proceso y como nos divertimos sigan estas fotos:


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